13/10/15

La pintura y la Revolución Francesa: Jacques-Luis David

La Revolución Francesa y Napoleón  contaron con un gran pintor, Jacques-Luis David (1748-1825). Fue amigo de Robespierre.  Su amistad con los jacobinos provocó que fuese encarcelado cuando comenzó el período conservador republicano. Más tarde, Napoleón le tomó a su servicio, para que le retratase en momentos de gloria del emperador. 






"El Juramento de los Horacios"








Una de sus primera obras (pintada en 1785, cuatro años antes del inicio de la Revolución Francesa) fue "El juramento de los Horacios". Aunque el tema del cuadro (pintado para Luis XVI) es clásico (tres hermanos trillizos juran defender a Roma), el objetivo de David fue pintar hombres deseosos de entregar sus vidas por la patria. Es una alegoría de la importancia de luchar por la independencia de Francia, si es necesario con las armas.



En 1791, iniciada por tanto la Revolución, pinta su famoso Juramento del Juego de Pelota.  Logra el autor recoger la agitación de los miembros de la Asamblea, que sería propia de un momento histórico. Todos los brazos confluyen en el personaje que está leyendo el juramento de que la Asamblea no se disolvería hasta no haber dotado a Francia de una constitución que fuese la auténtica voz del pueblo.





Uno de sus cuadros más importantes fue el retrato de uno de los revolucionarios más famoso, Marat, en el momento de su muerte. Marat era periodista, y fue asesinado por una girondina, mientras estaba tomando un baño. Marat es retratado tal y como murió, con naturalidad, pero a la vez, David quiere hacer que parezca un héroe de la revolución, que muere por sus ideas. Marat tenía una enfermedad en la piel, que le obligaba a tomar largas sesiones de baño. Así, tenía que escribir sus artículos dentro de la bañera. Viendo el cuadro, sabemos que estaba escribiendo en el momento en el que le asesinaron. Marat se convirtió en un mártir de la revolución. Y el pintor colaboró a ello con su cuadro.

Tras un tiempo encarcelado, Napoleón solicitó los servicios de David. Retrató al emperador, por ejemplo, en un momento solemne, el día de su coronación:







También, de pie en reposo en su estudio, con el famoso gesto del emperador de meterse la mano por debajo de la camisa. O a caballo, como un general victorioso y poderosocruzando los Alpes.


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