29/11/15

Análisis y Comentario de Santa Sofía




Identificación
TÍTULO: Basílica de Santa Sofía de Constantinopla.
TIPO DE EDIFICIO Y FUNCIÓN:  Templo.  Arquitectura religiosa.
CRONOLOGÍA: 1ª Edad de Oro del Arte Bizantino. Siglo VI d.C. (532-537).
LOCALIZACIÓN: Constantinopla, actual Estambul, capital del imperio Bizantino.
AUTOR: Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, por encargo del emperador Justiniano.
ESTILO: Arte Bizantino.






ANÁLISIS
La fotografía corresponde al espacio central del interior del templo cubierto con cúpula, también aparecen galerías laterales separadas de la parte central por columnas y arcos.
La planta es casi cuadrada, rematada en ábside. 
El interior se divide en tres naves longitudinales; la central, más ancha, está separada de las laterales por columnas y gruesos pilares, destaca el espacio central casi cuadrado rematado por una cúpula con pechinas, y con cuatro exedras angulares. El edificio propiamente dicho va precedido, en los pies, de un atrio y doble vestíbulo.

El material utilizado es ladrillo, piedra y hormigón en los muros y materiales nobles en los revestimientos interiores como mosaicos en los muros y  mármoles de diversos colores en columnas y pavimento. En las cubiertas  materiales livianos como ánforas, tejas o ladrillo para que el peso sea más ligero.

El muro, es muy grueso, pues así lo exige el sistema constructivo que se ha empleado;  sin embargo, no lo parece, gracias al empleo que se ha hecho de la luz -se presenta perforado de ventanas-, y también del color, aportado por mármoles y mosaicos.


Las columnas son los  soportes más utilizados en el interior. Constan de basa, fuste liso y monolítico y capitel en forma de tronco de pirámide invertido con cimacio. Es muy importante su papel en el conjunto, al formar una especie de cortina que separa el espacio central de los laterales. Existen, además, pilares enormes, cuyo interés, desde el punto de vista constructivo, es primordial. En el exterior destacan grandes estribos o contrafuertes utilizados por necesidades estructurales.


Como elementos sustentados destaca el arco de medio punto que separan la nave central de las laterales y recorren la tribuna.

La cubierta está formada por una enorme cúpula con nervaduras  y un anillo de ventanas en la base del tambor. Se apoya en cuatro pechinas, soportadas, a su vez, por cuatro arcos sobre pilares macizos y reforzados por estribos exteriores.
La clave de la construcción de la cúpula se fundamenta en los contrarrestos, en el interior el peso recae en cuatro pilares reforzados en el exterior por contrafuertes. A la vez por debajo de la cúpula la refuerzan dos semicúpulas, apoyadas estas en otras dos más pequeñas. También forman parte de los contrarrestos las naves laterales.

La gran cúpula central, mide 31 m. de diámetro y está inscrita en un cuadrado, apoyándose sólo en cuatro puntos, las cuatro pechinas, a diferencia de las bóvedas o las cúpulas de la antigüedad (la cúpula del Panteón de Agripa se apoyaba en un muro circular que llevaba el peso directamente al suelo). La cúpula mide 55 metros de altura, y para aligerar peso, está perforada por cuarenta ventanas, que permiten la entrada de los rayos solares que se reflejaban en los mármoles y mosaicos, dando como resultado una visión lujosa y refinada. Exteriormente, la gran cúpula no aparenta la importancia de la obra, pues está disimulada por un tambor cilíndrico.




La decoración es un elemento fundamental de este interior. Está constituida por elementos de diversa índole: la luz natural que entra por los vanos, elementos arquitectónicos (columnas, arquerías), escultóricos (relieves y trépanos de los capiteles de las columnas), mosaicos en la cúpula, absides y muros. El presupuesto fue alto, son materiales costosos (mármoles de diversos colores, mosaicos), y en los temas predomina  lo geométrico, vegetales estilizados y  figurativo.
El espacio interior que se ha conseguido crear es el mejor exponente de los valores plásticos del edificio. El conjunto es armónico y equilibrado. La composición espacial está dominada por un núcleo central, cubierto por la gran cúpula, que se alza libre. Este reducto es todo un prodigio de espacio, luz y color, en el que la masa arquitectónica parece inmaterial, efecto que ha sido posible, en primer lugar, gracias a un perfeccionado sistema de contrarrestos, dispuestos de tal forma que quedan ocultos a la vista, y en segundo por la impresión que causa el muro, cuyo grosor queda disimulado al calarse con ventanas y arquerías.
 Más importante, sin embargo, es el tratamiento que se ha concedido a la luz: entra por diferentes ventanas, que varían según la hora, y  uso, muy hábil, de la policromía, dando como resultado la disolución de las formas, en un ambiente casi irreal.





COMENTARIO:

Santa Sofía de Constantinopla es el mejor ejemplo artístico del reinado de Justiniano en el siglo VI. La gran cúpula sobre pechinas, contrapesada por semicúpulas,  el espacio centralizado son rasgos inconfundibles de la arquitectura bizantina. 
Se trata de un edificio único y original, que combina el modelo profano romano de planta central, con el basilical paleocristiano y se convierte en el logro arquitectónico más espléndido, no sólo de la etapa de Justiniano, sino de toda la arquitectura bizantina.
Se trataba de una obra excepcional por sus dimensiones y lujo: era la iglesia palatina de los emperadores (incluso estaba unida, por pórticos columnados, con el palacio imperial). Fue el centro espiritual del Imperio bizantina, catedral de los patriarcas, escenarios de los actos estatales trascendentes y marco de un esplendoroso ceremonial en el que se manifestaban el poder y la dignidad del imperio teocrático de Justiniano y sus seguidores. Sus artífices, Isidoro de Mileto y Artemio de Tralles, matemáticos e inventores de ingenios mecánicos, fueron los maestros de construcción y centraron su interés en el interior, donde se hacen patentes las tendencias cesaropapistas que funden iglesia y estado. 

El emperador Justiniano no regateó ningún esfuerzo ni dinero par conseguir que este templo poseyera grandeza. El hecho que se construyera en sólo cinco años, dadas sus dimensiones, responde a los medios financieros que se pusieron a su alcance (se importaron mármoles de todos los rincones del imperio), y al ágil sistema constructivo de los albañiles bizantinos, consistente en alternar hiladas de ladrillo con capas de mortero. . Los mismos cronistas de la época advertían la ligereza de la cúpula, afirmando que parecía flotar en el aire, o estar suspendida del cielo por una cadena de oro. Era tal la obsesión de Justiniano por verla terminada que se hizo levantar una habitación dentro con el fin de seguir directamente el desarrollo de las obras. El mismo emperador departía y discutía diariamente con los arquitectos, y el pueblo pensaba que las dudas que aparecían en la construcción eran resueltas por el emperador tras consultar con un ángel.

La obra fue clave en la arquitectura justinianea, pero pocas fueron proyectadas en su línea y desde luego ninguna de su envergadura: era excesivamente audaz, como mostró el hundimiento, ya en el 563, de su gran cúpula, que fue reconstruida por Isidoro el Joven, con algunas variaciones sobre la original. Sin embargo, a partir de ella, se impone en la arquitectura bizantina la afición a las cúpulas, dentro de conceptos más sobrios y tradicionales. 

De la misma época se hacen las Basílicas de los Santos Sergio y Baco, la Iglesia de Santa Irene o la Iglesia de los Santos Apóstoles, todas en Constantinopla. La cúpula seguirá presidiendo, con variantes locales, las iglesias en las etapas posteriores del Imperio (2ª y 3º edades de oro), tanto en Italia (San Marcos de Venecia), Grecia, Bulgaria, Ucrania (Santa Sofía de Kiev) o Rusia (Iglesia de San Basilio de Moscú). 
Tras la conquista otomana fue convertida en mezquita; se añadieron cuatro esbeltos minaretes, mientras que interiormente se ocultaron, bajo revoco, los mosaicos figurativos y se colgaron cuatro grandes escudos, con versículos coránicos, en los pilares que flanquean el ábside y la entrada.

Si la cúpula romana del Panteón de Agripa influyó en  Santa Sofía, esta influirá en las cúpulas de movimientos artísticos posteriores. 





1 comentario: